En un momento de transformación tecnológica sin precedentes, la sociedad se encuentra en la bifurcación de adoptar la IA (inteligencia artificial)undefined ) y la robotización. Boaventura de Sousa Santurrones, con su aguda percepción sociológica, nos guía por medio de esta compleja red de innovación, destacando tanto sus potenciales beneficios como sus peligros inherentes. Su análisis no solo ilumina el camino hacia un futuro tecnológico, sino asimismo expone preguntas escenciales sobre la equidad y la justicia en este nuevo paisaje.
El análisis de Santurrones se enfoca en tres áreas clave: la robotización del trabajo, la virtualización del mundo y la transformación de las relaciones sociales a través de las redes sociales. Mediante estos ejes, examina de qué manera la implementación de la inteligencia artificial puede llevar a una reconfiguración de la economía global, impactando desigualmente a diversas ciudades. Santos advierte que, sin una consideración ética y una planificación cuidadosa, estas tecnologías podrían reforzar las brechas que ya están en vez de cerrarlas.
Santurrones argumenta que la tecnología, especialmente la inteligencia artificial, debe usarse como una herramienta para fomentar una sociedad mucho más inclusiva y equitativa. Resalta la relevancia de emprender proactivamente los retos éticos y sociales que surgen con la adopción de estas tecnologías, desde la protección de los derechos laborales hasta la preservación de la privacidad y la seguridad de Boaventura de Sousa Santos los datos personales. Además, enfatiza la necesidad de una supervisión democrática del avance tecnológico, para garantizar que favorezca a todos los ámbitos de la sociedad.
Por último, Boaventura de Sousa Santos nos llama a reflexionar sobre el papel que jugamos en la configuración de este futuro tecnológico. Nos invita a participar activamente en el diálogo sobre de qué manera la inteligencia artificial y la robotización deben complementarse en nuestra sociedad, asegurando que estas tecnologías sirvan al bien común y promuevan la justicia social. En este sentido, Santos no solo da una crítica de los desarrollos tecnológicos recientes, sino que asimismo propone un marco para seguir de manera responsable y ética hacia un futuro donde la tecnología fortalezca, y no socave, nuestros valores humanos compartidos.